Correr en la cinta eléctrica parece lo mismo que correr al aire libre, sin embargo nuestro cuerpo necesita más energía cuando hace esta actividad en la calle debido a que no tiene la asistencia de la cinta que tira las piernas para atrás y la resistencia del viento. Además las diversas superficies y curvas que pisamos requieren más atención de nuestra parte.
Existen varias maneras de volver más fácil la transición de correr en el gimnasio a hacerlo en la calle:
En primer lugar comienza corriendo solo una vez por semana al aire libre y el resto de la semana usa la cinta del gimnasio.
En las primeras corridas al aire libre, hazlas relativamente cortas ya que puedes sufrir algunas lesiones o dolores en las articulación debido a que tu cuerpo está acostumbrado a la cinta y transita superficies lisas.
Utiliza protector solar ya que cuando una persona corre al aire libre, está tan concentrada en su respiración, en no pisar charcos o pozos que no siente que el sol está quemando su rostro. Además el aire fresco que sentimos en la cara cuando vamos a velocidad también ayuda a que esta sensación pase desapercibida.
Por ultimo, corre a un ritmo más lento del que tienes sobre la cinta para que te acostumbres a ser cauteloso con las superficies que pisas, a tener resistencia contra el viento y a moverte sin ayuda del piso y recuerda hacer estiramientos antes y después de cada actividad ya sea adentro o afuera del gimnasio.
CÔRPORE Centro de Entrenamiento Personalizado
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