Las gafas de sol. Más allá de la estética.

  Una de cada tres gafas de sol no supera los controles sanitarios. Los expertos recomiendan adquirirlas siempre en establecimientos sanitarios de óptica, al tiempo que alertan del peligro de las gafas de sol y las gafas para vista cansada y presbicia que se comercializan en bazares y mercadillos.

  Llevar gafas de sol no homologadas puede resultar más perjudicial que no llevar ninguna protección para los ojos explican los especialistas, quienes además recomiendan adquirir las gafas de sol en establecimientos sanitarios de óptica. El problema es que esto hace que, si las gafas no ofrecen la protección adecuada, las radiaciones dañinas penetren aún más en el interior del ojo, lo que resulta más perjudicial que no llevar ningún tipo de protección.

  Con el uso de las gafas de sol se minimiza la intensidad de la luz ambiental y los deslumbramientos, gracias a lo cual se puede ver de forma más clara y se evita fruncir el ceño y cerrar los ojos; además ayuda a una mayor rapidez de adaptación a la oscuridad y mejora la seguridad de la conducción, al evitar los deslumbramientos causados por los reflejos de la carretera o la luz brillante del sol.

  Asimismo, dan una mayor protección frente a los impactos durante la práctica deportiva,  generan el efecto pantalla que evita el contacto de los ojos con el polen y el polvo ambientales, y reducen la sequedad ocular. 
(Esta información ha sido extractada de la revista "Consejos de tu farmaceútico", nº 149)

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