Si
queréis mejorar vuestro entrenamiento, ahorrar energía, evitar
lesiones en vuestra preparación y sentiros mucho más cómodos a la
hora de practicar deporte, prestad atención porque hay una cualidad física que
poca gente entrena y que os puede ayudar mucho: EL EQUILIBRIO.
El
equilibrio consiste en la capacidad de controlar las diferentes posiciones del
cuerpo, ya sea en reposo o en movimiento.
El sistema
nervioso central regula nuestros músculos para que estemos en equilibrio
de forma involuntaria, por ejemplo al andar. Para ello se contraen y relajan
los músculos encargados de sostener la postura erecta. Esto significa que la
tensión y relajación actúan permanentemente en actos reflejos y/o voluntarios
en el caso de posiciones que el sujeto determine previamente.
El equilibrio se
logra cuando la dirección del peso del cuerpo coincide con la línea vertical a
la superficie de apoyo, que pasa por el centro de gravedad (punto que se
considera ubicado a la altura del ombligo y que concentra el peso del cuerpo)
cayendo en el centro de la base que lo soporta.
Nuestros músculos están
preparados para responder nuestras órdenes, por lo tanto es importante conocer
las buenas posturas y habituarse a ejercitarlas. Esto es fundamental para
la práctica de cualquier deporte, mantener un buen equilibrio mejorará nuestra
técnica, eficiencia y nos evitará lesiones.
Si
conseguimos centrar nuestro peso corporal, nuestros músculos no deberán
trabajar tanto, por lo tanto trabajarán menos y nos cansaremos menos.
También
podremos aplicar más fuerza a nuestros movimientos explosivos si partimos de
una posición más equilibrada.
El
equilibrio es posible gracias a tres factores:
1
– La visión que envía la información corporal en la que nos
encontramos y nuestro entorno.
2 – En el oído se encuentra el vestíbulo que nos proporciona información sobre el equilibrio.
3 – Los correspondientes receptores situados en los husos musculares, tendones y laberinto aportan datos posicionales del cuerpo en relación a espacios: superior inferior y laterales. Actúa en colaboración con el sentido del tacto y sus sensores de presión.
2 – En el oído se encuentra el vestíbulo que nos proporciona información sobre el equilibrio.
3 – Los correspondientes receptores situados en los husos musculares, tendones y laberinto aportan datos posicionales del cuerpo en relación a espacios: superior inferior y laterales. Actúa en colaboración con el sentido del tacto y sus sensores de presión.
Algunos
privilegiados adoptan una posición equilibrada desde un principio, y otros deben
adquirirla mediante entrenamiento.
Entonces
si queremos mejorar nuestro equilibrio debemos trabajar para potenciar estos
tres factores.
Son
excelentes ejercicios por ejemplo, los realizados sobre plataformas inestables
o disminuyendo la superficie de apoyo al realizar el ejercicio.
No olvidéis la importancia del equilibrio a la hora de ahorrar energía y mejorar vuestra técnica y fuerza explosiva!.
(Información
extraída de la web boxeototal.com/)
CÔRPORE
Centro de Entrenamiento Personalizado
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