Después de los primeros
años de menopausia se produce una rápida pérdida de masa ósea inicial. La
práctica regular de actividad física tiene muchos beneficios para la mujer menopáusica que no sólo incluyen
la quema de calorías. También se añaden beneficios psicológicos y, sobre todo,
físicos. Y es que es en esta franja de edad cuando la debilidad muscular
empieza a hacerse evidente.
Con el paso de los años,
los músculos se deterioran y nos volvemos más débiles. Este proceso tiene más implicaciones
de las que podemos imaginar. Se pierde coordinación y las caídas empiezan
a ser más frecuentes, a menudo con huesos rotos o con heridas importantes.
La importancia del ejercicio
suave:
Un estudio realizado en la Universidad
de Salzburgo, aporta nuevos enfoques. El trabajo se ha basado en el estudio de
diferentes regímenes de ejercicio para mujeres con menopausia de entre 45 y 55
años, grupo de edad en el que parece que el deterioro muscular comienza a ser
visible. El objetivo de la investigación ha sido desarrollar nuevas estrategias
para retrasar y reducir la aparición inicial de deterioro muscular relacionado
con la edad.
El deporte como tratamiento de
los efectos fisiológicos de la menopausia parece imprescindible. Debe
acompañarse del estímulo de otros hábitos saludables como el abandono del
tabaco, la moderación en el consumo de alcohol, una alimentación
equilibrada y una vida social satisfactoria.
Es frecuente el hecho de que muchas mujeres en este periodo tienden a olvidar los beneficios que obtuvieron de la actividad física cuando eran jóvenes y adoptan un estilo de vida sedentario, por lo que deberían llevarse a cabo numerosos programas de promoción del deporte en esta franja de edad.
Es frecuente el hecho de que muchas mujeres en este periodo tienden a olvidar los beneficios que obtuvieron de la actividad física cuando eran jóvenes y adoptan un estilo de vida sedentario, por lo que deberían llevarse a cabo numerosos programas de promoción del deporte en esta franja de edad.
Estos programas deberían
adaptarse a la edad, a la capacidad motora y a los hábitos y costumbres. Es la
mejor manera de llegar a la vejez con las mejores condiciones de salud. En
concreto son aconsejables los ejercicios
aeróbicos, paseos a pie y en bicicleta, el tenis, la carrera, el senderismo, el
golf y la natación.
Además, la práctica de ejercicio
diario estimula la liberación y las concentraciones de endorfinas, con
numerosos efectos beneficiosos. El deporte, entonces, puede mejorar la forma
física y anímica de la mujer, además de favorecer el mantenimiento de su masa
ósea y muscular, disminuir los factores de riesgo cardiovascular, evitar
la obesidad, las fracturas óseas, algún tipo de cáncer y el ritmo de envejecimiento.
Se ha realizado también otro
estudio, en este caso alemán, que ha llegado a conclusiones algo diferentes al
que hemos descrito anteriormente.
Sus conclusiones corroboran que un programa de actividad intenso es lo que realmente mantendría la masa ósea y ayudaría a obtener otros beneficios, como mantener el nivel de colesterol, la elasticidad o aliviar el dolor de espalda.
Sus conclusiones corroboran que un programa de actividad intenso es lo que realmente mantendría la masa ósea y ayudaría a obtener otros beneficios, como mantener el nivel de colesterol, la elasticidad o aliviar el dolor de espalda.
Ni paseos ni ejercicios suaves. Cuatro
días a la semana con carreras, saltos, ejercicios de aerobic o pesas, de forma
controlada y progresiva.
Al finalizar el estudio, los
investigadores observaron que las participantes habían mejorado la elasticidad
y la resistencia. Por otro lado, la densidad ósea permaneció estable e,
incluso, aumentó en la columna. La clave de estas
mejorías se debe al programa de ejercicios que se llevó a cabo de forma
controlada y supervisada. Añaden que el aumento lento de los ejercicios y la
introducción de las actividades intensas en el quinto mes es capital para
reducir el riesgo de lesiones.
En el estudio había también un
grupo de control, que no practicaba ninguna actividad física, el cual experimentó durante los dos años una pérdida ósea.
¡De modo que sacad vuestras
propias conclusiones!
Nosotros simplemente consideramos
que el ejercicio es básico para la salud y para llegar bien a la tercera edad.
La intensidad deberá depender de la voluntad, la salud y la motivación de cada persona al ejercitarse. ¡Siempre que se haga ejercicio
la salud se verá beneficiada!
(Extractado de artículo escrito por Núria LLavina Rubio)
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Centro de Entrenamiento Personalizado
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