Los geles energéticos son cada vez más utilizados por corredores de fondo y junto con las bebidas energéticas son los grandes aliados de la mayoría de los corredores amateurs.
Aunque muchos corredores cometen el error de utilizarlos en carreras de 10 k, pueden ser beneficiosos para quienes participan de un maratón, y en algunos casos también para el medio maratón.
Sin embargo, para aprovechar de sus beneficios es importante que quienes los consumen, entiendan cómo funcionan y de ello hablaremos ahora.
Nuestro cuerpo y el combustible.
Nuestro cuerpo utiliza dos fuentes principales de combustible para alimentar nuestros músculos mientras corremos: grasa y carbohidratos.
La grasa es un recurso sumamente abundante en nuestro cuerpo, pero para convertirlo en energía utilizable, requiere de procesos mas lentos que los carbohidratos y por ello no suele ser efectivo cuando corremos a altas velocidades.
Por ello, cuando corremos rápido, nuestro cuerpo utiliza principalmente la otra fuente de energía, los carbohidratos almacenados en forma de glucógeno en nuestros músculos e higado.
El problema del glucógeno, es que existe un límite de reservas disponibles para ser utilizada cuando corremos; los depósitos de glucógeno pueden suministrarnos energía para aproximadamente 90 minutos de actividad física moderada/intensa.
Si estas reservas de glucógeno se agotan, nos encontraremos con el famoso “muro” y "chocaremos" contra él. Básicamente el agotamiento y el malestar será tan grande que no podrás seguir corriendo.
Los geles energéticos y los corredores.
Los geles energéticos, están diseñados para intentar rellenar o evitar que se vacíen estas reservas de glucógeno que tenemos en nuestro cuerpo y por ello son muy utilizados por los corredores de fondo.
Aunque muchos corredores creen que los geles energéticos la energía que nos suministran puede ser utilizada al instante, esto no es así, ya que los geles y nuestro cuerpo funcionan de una manera totalmente diferente.
Para que los carbohidratos que consumimos (como los geles) se conviertan en glucógeno, nuestro cuerpo debe realizar una serie de procesos que no son instantáneos.
Para que el glucógeno llegue a los músculos, primero debe ser digerido, atravesar la pared intestinal y luego ser absorbido por los músculos; y esto lleva tiempo.
Asimismo, cuando el estrés al que está sometido nuestro cuerpo es elevado (como cuando corremos un maratón o hacemos un fondo importante), estos procesos pueden llegar a tomar mucho más tiempo del normal y por ello los geles no nos entregan la energía inmediata que necesitamos en nuestros músculos.
Afortunadamente, aunque los geles necesitan mas tiempo para llegar a nuestros músculos, el efecto que pueden tener en nuestra sensación de agotamiento puede ser más rápido.
Los geles tienen un importante efecto en nuestro cerebro al lograr una mayor circulación de glucosa en nuestra torrente sanguíneo y de esta manera logrará “despertarnos” (la glucosa es el combustible para que nuestro cerebro pueda funcionar adecuadamente).
En consecuencia, los geles energéticos son útiles para reponer nuestras reservas de glucógeno muscular, brindar combustible a nuestro cerebro y evitar chocar con la pared, pero necesitan de tiempo para lograr cumplir con su objetivo.
Por ello, la clave para lograr una mayor efectividad del uso de geles energéticos cuando corremos largas distancias, es comenzar a utilizarlos cuando nuestro cuerpo aún se encuentra en condiciones de realizar los procesos necesarios para lograr que lleguen a nuestro torrente sanguíneo y de ahí a nuestros músculos y cerebro.
De otro modo, tomar un gel energético, cuando ya sientes un agotamiento avanzado, de poco te servirá y ya estarás condenado a chocar con el muro.
(artículo extractado de runfitners.com)
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