ENTRENADORES PERSONALES:
LO QUE SIEMPRE QUISISTE SABER Y NO SUPISTE A QUIÉN PREGUNTAR
La mejor forma de sacar partido al deporte
Cada día más españoles hacen deporte con un monitor. Ayuda a adelgazar, eliminar la lumbalgia y evitar o mitigar patologías. Sus ventajas se notan antes y se mantienen a más largo plazo. Gente con horarios extensos o caóticos, los inconstantes, los que lo han intentado todo y no consiguen estar en forma y los que requieren ejercicios muy específicos. Todos pueden beneficiarse de un entrenador "a medida", cada vez más asequible.
Haz un breve repaso de los propósitos que te hiciste al volver de las vacaciones de verano de cara al próximo invierno. Seguro que entre ellos se encontraba el de hacer ejercicio y es muy probable que, a pesar de lo poco que ha transcurrido, no hayas podido cumplirlo por falta de tiempo, ganas o ambas. Quizá has barajado la posibilidad de recurrir a un entrenador personal, pero has descartado la idea por considerarlo muy caro o una simple moda importada de EEUU que, a la hora de la verdad, no surte un efecto espectacular. Pues bien, ¡elimina estos conceptos de tu mente!.
Actualmente, en España miles de personas, por motivos diversos, se han decantado por esta manera individualizada de ejercitarse, dadas sus múltiples ventajas. La figura del entrenador personal se ha profesionalizado. Ahora contribuye a que su alumno mejore su salud cardiovascular, pierda peso, prevenga enfermedades, esté más animado, deje de fumar, se alimente mejor y, en definitiva, vaya elevando progresivamente su bienestar y su calidad de vida.
El concepto de lo que implica hacer deporte ha sufrido una transformación radical. Si bien hay quien todavía asocia el ejercicio físico al sacrificio, al agotamiento, a las agujetas y a las palizas en el gimnasio, lo cierto es que en los últimos años los usuarios -atenazados por los largos horarios de trabajo, las tareas del hogar, el cuidado de los hijos y otros compromisos- han comenzado a demandar nuevas maneras de mantenerse en forma y de cuidar su salud sin que ello les suponga una pesada carga o una imposición difícil de cumplir.
En este contexto ha cobrado fuerza la figura del entrenador personal. Hace una década eran pocos los que proporcionaban este tipo de servicios. Ahora, el número ha crecido mucho porque también lo ha hecho la demanda. Cada vez hay más gente que se da cuenta de que contar con una ayuda profesional no es sólo para la élite.
LOS PERFILES
Quizá porque la persona que toma conciencia de que necesita hacer ejercicio es ahora más exigente, la figura del entrenador personal ha experimentado también una clara evolución. Si bien antes se asociaba a la imagen de un hombre musculado pendiente únicamente de 'machacar' al alumno con interminables rutinas de ejercicios, actualmente este profesional puede tener conocimientos profundos sobre la salud que le ayudan a ofrecer una atención más integral.
De esta manera, no es extraño que un entrenador personal se ponga en contacto telefónico con su alumno para recordarle tareas que éste tiene que llevar a cabo mientras está de viaje o fuera del horario de entrenamiento. Por otra parte, en palabras textuales de un personal trainner: «no somos fisioterapeutas, ni tampoco médicos, pero contribuimos a que los clientes no se lesionen, a que no se agraven viejas dolencias; o a que, por ejemplo, reduzcan su nivel de colesterol». De hecho, en numerosas ocasiones, los profesionales sanitarios trabajan en colaboración con los del deporte para optimizar los resultados que quieren alcanzar con el paciente.
«También les vamos animando a que dejen el tabaco, si es que fuman, a que reduzcan su consumo de alcohol, a que mejoren sus patrones de sueño o a que, incluso, cuando hacen excesos, lo hagan con un poco más de conciencia», apostilla otro profesional del entrenamiento personal.
Pero, ¿cuál es el perfil del usuario que se pone en manos de esta especie de 'Pepitos' 'Grillo' de la actividad física?
Pues realmente hay de todo. Desde amas de casa que nunca han hecho ejercicio y quieren ponerse en forma, hasta ejecutivos sin apenas tiempo para nada, pasando por enfermos a los que su médico aconseja hacer ejercicio sin demasiadas explicaciones o gente poco constante que no ha conseguido resultados llevando a cabo ejercicio en solitario o en clases colectivas. «Nos encontramos con polos opuestos a diario. Tenemos gente desde veintitantos años hasta usuarios de casi 80. «Hay gente con objetivos muy claros y muy poco tiempo libre que necesita rentabilizar las sesiones al máximo y otros que fundamentalmente necesitan asesoramiento sobre cómo entrenarse», explica el responsable de un centro de entrenamientos personales.
LAS VENTAJAS
El beneficio principal de tener un entrenador personal es precisamente ése: que es personal. De ahí se derivan todas las demás ventajas que tiene esta modalidad en relación a practicar otros deportes o a acudir a un gimnasio.
Por un lado, el aprovechamiento que se obtiene de una clase individual es siempre mayor que el que se logra en una clase colectiva. Así, el alumno nota los efectos mucho antes que con otras modalidades y alcanza los objetivos que se ha propuesto en un plazo menor. Esto, además, contribuye a sacar la máxima rentabilidad, tanto del tiempo como del dinero que se invierte.
La flexibilidad es otra de las características del entrenamiento personal y, a la vez, uno de los principales motivos de que su demanda vaya en aumento. Siempre se trata de encajar los horarios y los lugares de entrenamiento, de recuperar las sesiones y de hacer que el cliente entrene. Esto, además, favorece la constancia, el factor clave para que cualquier programa de acondicionamiento físico tenga éxito.
Ambas circunstancias van muy ligadas a otra de las ventajas de contar con un entrenador personal y que es la que los profesionales del sector enfatizan: la motivación. «Cuando a cada persona le ofreces una explicación de por qué y para qué hace cada ejercicio, le haces tomar conciencia de su propio cuerpo y sabe la finalidad de cada movimiento, recibe un estímulo muy positivo que le impulsa a continuar», opina una conocida entrenadora personal.
El hecho de verse bien en poco tiempo, sobre todo para personas que están desencantadas por haber probado de todo, y la labor de refuerzo que se hace cuando el profesional percibe que el usuario está desganado o trata de buscar un pretexto para no entrenar también contribuye a lograr el éxito.
Otro aspecto esencial que los especialistas destacan es que con los entrenamientos personales el riesgo de lesión es prácticamente nulo; algo que no sucede en las clases convencionales y, sobre todo, en los entrenamientos por cuenta propia.
Una encuesta realizada hace unos años por el Centro de Control de Enfermedades estadounidense (CDC, sus siglas en inglés) puso de manifiesto que la incidencia de lesiones derivadas de los ejercicios de musculación había aumentado de manera preocupante (un 35%) en sólo 20 años.
Las causas de este incremento, según observaron los responsables del sondeo, eran la realización de los ejercicios con técnicas inadecuadas y sin supervisión de un monitor; así como el llamado síndrome de sobreentrenamiento, una dolencia (normalmente relacionada con los tejidos musculotendinosos) provocada por un exceso de repeticiones en los circuitos con pesas. Los profesionales del sector corroboran que “es muy común encontrarnos con gente reacia a hacer deporte por miedo a lesionarse [sobre todo los que no tienen buena forma física] o a resentirse de 'viejos' problemas».
Sin embargo, estos 'vicios' no suelen darse si se recurre a un entrenador personal ya que, antes de hacerse cargo de cualquier cliente, el profesional lleva a cabo una exhaustiva entrevista.
El objetivo de este 'interrogatorio' es encajar horarios y conocer los objetivos que se pretenden alcanzar. Establecer metas realistas, alcanzables a corto plazo, para progresar paulatinamente y sin abandonos. Además, se planifican las primeras sesiones y, sobre todo, se recaban datos acerca del estado de forma actual del usuario, sus preferencias en lo referente a la práctica deportiva y posibles problemas que determinen la conveniencia o no de llevar a cabo ciertos movimientos o deportes.
Miles de trabajos científicos han demostrado los innumerables beneficios para su salud que cualquier persona sana obtiene si lleva a cabo ejercicio físico de manera más o menos regular. Por otro lado, el deporte también ha mostrado su capacidad para mejorar muchos factores de riesgo asociados a enfermedades ya declaradas (hipertensión arterial, cifras elevadas de lípidos en sangre, resistencia a la insulina y metabolismo de la glucosa...). De hecho, una de las 'recetas' que más se 'extiende' en las consultas es la de hacer deporte.
Sin embargo, las personas que sufren determinadas patologías no lo tienen fácil para acudir a clases colectivas en un gimnasio o en un polideportivo; y mucho menos para entrenarse solos. Ello se debe a que no tienen la formación suficiente para saber qué les conviene y qué no y, además, pueden sufrir discapacidades o alteraciones que les dificultan el acceso al ejercicio. No obstante, cada vez son más los grupos especiales que se benefician de los servicios de un entrenador 'a medida'. Es el caso de las mujeres embarazadas o las que acaban de dar a luz. El ejercicio les ayuda a dormir mejor, a no engordar demasiado, a recuperar antes la silueta y a evitar trastornos del posparto como la incontinencia urinaria o la lumbalgia. La gente con problemas osteoarticulares, con alteraciones de espalda y los que sufren lesiones por malas posturas o movimientos repetitivos también son buenos clientes de los personal trainners. Y, asimismo, hay que destacar los grandes progresos que estos profesionales pueden obtener trabajando con afectados por enfermedades que provocan espasticidad (rigidez y contracturación constante de músculos y tendones) o deterioro neuromuscular tales como la esclerosis múltiple, la paraparesia espástica o algunas distrofias. Evidentemente, no se cura la enfermedad de base, pero el ejercicio supervisado contribuye a frenar el deterioro de estas personas y a mantener una buena calidad de vida.
Finalmente, la edad tampoco es un obstáculo para entrenar con un profesional. Es más, los ancianos se ven especialmente beneficiados. Según los especialistas consultados, alejarse del sedentarismo realizando actividades que no impliquen peligro de caerse o hacerse daño contribuye decisivamente a que estos individuos conserven autonomía e, incluso, recuperen parte de la que hayan perdido. «Tenemos clientes con visión reducida, incluso invidentes, que se muestran encantados por la posibilidad de mantenerse en forma. Además, nos felicitan porque gracias a ello han ganado seguridad y autoconfianza para desenvolverse en su vida diaria» señala un entrenador personal.
CÓMO ELEGIR MONITOR
- Debe acreditar su titulación en Ciencias de la Actividad Física y Deporte. Toda formación complementaria contribuirá a ofrecer un mejor servicio.
- La entrevista personal es vital. Cuanto más exhaustiva mejor. El entrenador debe conocer horarios, hábitos de vida, alimentación, nivel de forma física, trabajo, gustos, objetivos, condicionantes familiares, patologías, lesiones previas..., para adaptarse por completo al cliente.
- El trato debe ser amable y respetuoso. El monitor ha de estar muy pendiente del alumno; dando consejos y corrigiendo fallos. La puntualidad es esencial.
- Paulatinamente, y en función de los progresos del usuario, las rutinas de ejercicios deben ir variando para introducir nuevas motivaciones y estímulos. Así se evita el estancamiento.
Côrpore Centro de Entrenamiento Personalizado
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