jueves, 22 de diciembre de 2011


ENTRENADORES PERSONALES:
  LO QUE SIEMPRE QUISISTE SABER Y NO SUPISTE  A QUIÉN PREGUNTAR

La mejor forma de sacar partido al deporte

  Cada día más españoles hacen deporte con un monitor. Ayuda a adelgazar, eliminar la lumbalgia y evitar o mitigar patologías. Sus ventajas se notan antes y se mantienen a más largo plazo. Gente con horarios extensos o caóticos, los inconstantes, los que lo han intentado todo y no consiguen estar en forma y los que requieren ejercicios muy específicos. Todos pueden beneficiarse de un entrenador "a medida", cada vez más asequible.

  Haz un breve repaso de los propósitos que te hiciste al volver de las vacaciones de verano de cara al próximo invierno. Seguro que entre ellos se encontraba el de hacer ejercicio y es muy probable que, a pesar de lo poco que ha transcurrido, no hayas podido cumplirlo por falta de tiempo, ganas o ambas. Quizá has barajado la posibilidad de recurrir a un entrenador personal, pero has descartado la idea por considerarlo muy caro o una simple moda importada de EEUU que, a la hora de la verdad, no surte un efecto espectacular. Pues bien, ¡elimina estos conceptos de tu mente!.

   Actualmente, en España miles de personas, por motivos diversos, se han decantado por esta manera individualizada de ejercitarse, dadas sus múltiples ventajas. La figura del entrenador personal se ha profesionalizado. Ahora contribuye a que su alumno mejore su salud cardiovascular, pierda peso, prevenga enfermedades, esté más animado, deje de fumar, se alimente mejor y, en definitiva, vaya elevando progresivamente su bienestar y su calidad de vida.

El concepto de lo que implica hacer deporte ha sufrido una transformación radical. Si bien hay quien todavía asocia el ejercicio físico al sacrificio, al agotamiento, a las agujetas y a las palizas en el gimnasio, lo cierto es que en los últimos años los usuarios -atenazados por los largos horarios de trabajo, las tareas del hogar, el cuidado de los hijos y otros compromisos- han comenzado a demandar nuevas maneras de mantenerse en forma y de cuidar su salud sin que ello les suponga una pesada carga o una imposición difícil de cumplir.
  En este contexto ha cobrado fuerza la figura del entrenador personal. Hace una década eran pocos los que proporcionaban este tipo de servicios. Ahora, el número ha crecido mucho porque también lo ha hecho la demanda. Cada vez hay más gente que se da cuenta de que contar con una ayuda profesional no es sólo para la élite.


LOS PERFILES

  Quizá porque la persona que toma conciencia de que necesita hacer ejercicio es ahora más exigente, la figura del entrenador personal ha experimentado también una clara evolución. Si bien antes se asociaba a la imagen de un hombre musculado pendiente únicamente de 'machacar' al alumno con interminables rutinas de ejercicios, actualmente este profesional  puede tener conocimientos profundos sobre la salud que le ayudan a ofrecer una atención más integral. 

  De esta manera, no es extraño que un entrenador personal se ponga en contacto telefónico con su alumno para recordarle tareas que éste tiene que llevar a cabo mientras está de viaje o fuera del horario de entrenamiento. Por otra parte, en palabras textuales de un personal trainner: «no somos fisioterapeutas, ni tampoco médicos, pero contribuimos a que los clientes no se lesionen, a que no se agraven viejas dolencias; o a que, por ejemplo, reduzcan su nivel de colesterol». De hecho, en numerosas ocasiones, los profesionales sanitarios trabajan en colaboración con los del deporte para optimizar los resultados que quieren alcanzar con el paciente. 
  «También les vamos animando a que dejen el tabaco, si es que fuman, a que reduzcan su consumo de alcohol, a que mejoren sus patrones de sueño o a que, incluso, cuando hacen excesos, lo hagan con un poco más de conciencia», apostilla otro profesional del  entrenamiento personal.
  Pero, ¿cuál es el perfil del usuario que se pone en manos de esta especie de 'Pepitos' 'Grillo' de la actividad física?
  Pues realmente hay de todo. Desde amas de casa que nunca han hecho ejercicio y quieren ponerse en forma, hasta ejecutivos sin apenas tiempo para nada, pasando por enfermos a los que su médico aconseja hacer ejercicio sin demasiadas explicaciones o gente poco constante que no ha conseguido resultados llevando a cabo ejercicio en solitario o en clases colectivas. «Nos encontramos con polos opuestos a diario. Tenemos gente desde veintitantos años hasta usuarios de casi 80. «Hay gente con objetivos muy claros y muy poco tiempo libre que necesita rentabilizar las sesiones al máximo y otros que fundamentalmente necesitan asesoramiento sobre cómo entrenarse», explica el responsable de un centro de entrenamientos personales.


LAS VENTAJAS

  El beneficio principal de tener un entrenador personal es precisamente ése: que es personal. De ahí se derivan todas las demás ventajas que tiene esta modalidad en relación a practicar otros deportes o a acudir a un gimnasio.

  Por un lado, el aprovechamiento que se obtiene de una clase individual es siempre mayor que el que se logra en una clase colectiva. Así, el alumno nota los efectos mucho antes que con otras modalidades y alcanza los objetivos que se ha propuesto en un plazo menor. Esto, además, contribuye a sacar la máxima rentabilidad, tanto del tiempo como del dinero que se invierte.

  La flexibilidad es otra de las características del entrenamiento personal y, a la vez, uno de los principales motivos de que su demanda vaya en aumento. Siempre se trata de encajar los horarios y los lugares de entrenamiento, de recuperar las sesiones y de hacer que el cliente entrene. Esto, además, favorece la constancia, el factor clave para que cualquier programa de acondicionamiento físico tenga éxito.
  Ambas circunstancias van muy ligadas a otra de las ventajas de contar con un entrenador personal y que es la que los profesionales del sector enfatizan: la motivación. «Cuando a cada persona le ofreces una explicación de por qué y para qué hace cada ejercicio, le haces tomar conciencia de su propio cuerpo y sabe la finalidad de cada movimiento, recibe un estímulo muy positivo que le impulsa a continuar», opina una conocida entrenadora personal.   
  El hecho de verse bien en poco tiempo, sobre todo para personas que están desencantadas por haber probado de todo, y la labor de refuerzo que se hace cuando el profesional percibe que el usuario está desganado o trata de buscar un pretexto para no entrenar también contribuye a lograr el éxito.
  Otro aspecto esencial que los especialistas destacan es que con los entrenamientos personales el riesgo de lesión es prácticamente nulo; algo que no sucede en las clases convencionales y, sobre todo, en los entrenamientos por cuenta propia.
  Una encuesta realizada hace unos años por el Centro de Control de Enfermedades estadounidense (CDC, sus siglas en inglés) puso de manifiesto que la incidencia de lesiones derivadas de los ejercicios de musculación había aumentado de manera preocupante (un 35%) en sólo 20 años.
  Las causas de este incremento, según observaron los responsables del sondeo, eran la realización de los ejercicios con técnicas inadecuadas y sin supervisión de un monitor; así como el llamado síndrome de sobreentrenamiento, una dolencia (normalmente relacionada con los tejidos musculotendinosos) provocada por un exceso de repeticiones en los circuitos con pesas. Los profesionales del sector corroboran que “es muy común encontrarnos con gente reacia a hacer deporte por miedo a lesionarse [sobre todo los que no tienen buena forma física] o a resentirse de 'viejos' problemas».
  Sin embargo, estos 'vicios' no suelen darse si se recurre a un entrenador personal ya que, antes de hacerse cargo de cualquier cliente, el profesional lleva a cabo una exhaustiva entrevista.
  El objetivo de este 'interrogatorio' es encajar horarios y conocer los objetivos que se pretenden alcanzar. Establecer metas realistas, alcanzables a corto plazo, para progresar paulatinamente y sin abandonos. Además, se planifican las primeras sesiones y, sobre todo, se recaban datos acerca del estado de forma actual del usuario, sus preferencias en lo referente a la práctica deportiva y posibles problemas que determinen la conveniencia o no de llevar a cabo ciertos movimientos o deportes.

  Miles de trabajos científicos han demostrado los innumerables beneficios para su salud que cualquier persona sana obtiene si lleva a cabo ejercicio físico de manera más o menos regular. Por otro lado, el deporte también ha mostrado su capacidad para mejorar muchos factores de riesgo asociados a enfermedades ya declaradas (hipertensión arterial, cifras elevadas de lípidos en sangre, resistencia a la insulina y metabolismo de la glucosa...). De hecho, una de las 'recetas' que más se 'extiende' en las consultas es la de hacer deporte.

  Sin embargo, las personas que sufren determinadas patologías no lo tienen fácil para acudir a clases colectivas en un gimnasio o en un polideportivo; y mucho menos para entrenarse solos. Ello se debe a que no tienen la formación suficiente para saber qué les conviene y qué no y, además, pueden sufrir discapacidades o alteraciones que les dificultan el acceso al ejercicio. No obstante, cada vez son más los grupos especiales que se benefician de los servicios de un entrenador 'a medida'. Es el caso de las mujeres embarazadas o las que acaban de dar a luz. El ejercicio les ayuda a dormir mejor, a no engordar demasiado, a recuperar antes la silueta y a evitar trastornos del posparto como la incontinencia urinaria o la lumbalgia. La gente con problemas osteoarticulares, con alteraciones de espalda y los que sufren lesiones por malas posturas o movimientos repetitivos también son buenos clientes de los personal trainners. Y, asimismo, hay  que destacar los grandes progresos que estos profesionales pueden obtener trabajando con afectados por enfermedades que provocan espasticidad (rigidez y contracturación constante de músculos y tendones) o deterioro neuromuscular tales como la esclerosis múltiple, la paraparesia espástica o algunas distrofias. Evidentemente, no se cura  la enfermedad de base, pero el ejercicio supervisado contribuye a frenar el deterioro de estas personas y a mantener una buena calidad de vida.
  Finalmente, la edad tampoco es un obstáculo para entrenar con un profesional. Es más, los ancianos se ven especialmente beneficiados. Según los especialistas consultados, alejarse del sedentarismo realizando actividades que no impliquen peligro de caerse o hacerse daño contribuye decisivamente a que estos individuos conserven autonomía e, incluso, recuperen parte de la que hayan perdido. «Tenemos clientes con visión reducida, incluso invidentes, que se muestran encantados por la posibilidad de mantenerse en forma. Además, nos felicitan porque gracias a ello han ganado seguridad y autoconfianza para desenvolverse en su vida diaria» señala un entrenador personal.


CÓMO ELEGIR MONITOR

- Debe acreditar su titulación en Ciencias de la Actividad Física y Deporte. Toda formación complementaria contribuirá a ofrecer un mejor servicio.
- La entrevista personal es vital. Cuanto más exhaustiva mejor. El entrenador debe conocer horarios, hábitos de vida, alimentación, nivel de forma física, trabajo, gustos, objetivos, condicionantes familiares, patologías, lesiones previas..., para adaptarse por completo al cliente.
- El trato debe ser amable y respetuoso. El monitor ha de estar muy pendiente del alumno; dando consejos y corrigiendo fallos. La puntualidad es esencial.

- Paulatinamente, y en función de los progresos del usuario, las rutinas de ejercicios deben ir variando para introducir nuevas motivaciones y estímulos. Así se evita el estancamiento.



Côrpore Centro de Entrenamiento Personalizado
 Caveda 16, 1º D
33002 Oviedo
Telf. 985 212 307
corpore.cris@gmail.com



LOS YOGURES





  El yogur es un producto lácteo obtenido mediante la fermentación bacteriana de la leche. Para su elaboración, se puede utilizar cualquier tipo de leche (de hecho en el mercado hay yogures de leche de vaca, leche de cabra….), aunque lo cierto es que la leche de vaca es la más utilizada y la que copa la inmensa mayoría del mercado.
  Para la obtención del yogur, partimos de leche, la cual sufre transformaciones por acción de las bacterias añadidas. Así, parte de la lactosa se transforma en ácido láctico. Este hecho, provoca que el medio se acidifique, como consecuencia de lo cual las proteínas precipitan formado “cuajos” y de esta forma el yogurt coagula haciendo que adquiera sus propiedades (textura, sabor, aroma…) típicas. Además, como consecuencia de la acidificación del medio, las proteínas y las grasas sufran una pre-digestión haciendo que sean más digeribles para nuestro organismo.

  Una de las más destacadas propiedades nutricionales del yogur es su importante contenido de calcio. En España más del 50% del calcio de nuestra dieta proviene del consumo de lácteos. El yogurt aporta también otros minerales como fósforo, magnesio y zinc además de vitaminas del grupo B y algunas vitaminas liposolubles. Así mismo, contiene una dosis no despreciable de proteína de alto valor biológico. Tampoco debemos olvidar que es fuente de hidratos de carbono (sobre todo a partir de la lactosa) y grasa saturada.

  En el mercado existen las versiones desnatadas que nos permiten beneficiarnos de todas las propiedades nutricionales del yogurt, pero prescindiendo de la grasa saturada. El consumo de estos lácteos descremados es recomendable (en mi opinión), no solamente para personas que quieran perder peso o necesiten cuidar de forma especial su salud cardiovascular (personas con colesterol elevado, problemas de corazón...), sino para la mayor parte de la población adulta. Únicamente hay que tener en cuenta que al eliminar la grasa se pueden eliminar también las vitaminas liposolubles (A, D…) con lo cual lo ideal es elegir los yogures desnatados enriquecidos en dichas vitaminas. Desde hace décadas se ha pensado que los microorganismos vivos del yogur ejercen un efecto fisiológico positivo en nuestra salud por una posible colonización del intestino de quienes lo consumen. Sin embargo, la realidad es que estudios científicos recientes ponen en duda que se produzca dicha colonización por bacterias vivas. Lo que sí es cierto, es que en los episodios de diarrea, el yogurt ayuda a aliviar los síntomas ya que su consumo alarga el tiempo de tránsito intestinal.

  En el mercado hay una gran variedad de productos lácteos fermentados y muchas veces les llamamos yogures a todos, pero en realidad, sólo es yogur aquella leche coagulada que se obtiene por la fermentación láctica ácida de dos cepas bacterianas concretas: lactobacillus bulgaricus y el spreptococcus thermophillus. No se consideran, por tanto, bacterias naturales del yogur a otras bacterias presentes en los lácteos y que encontramos a la venta en el mercado como el L casei immunitas o el bífidus activo etc… Aunque es cierto que se ha comentado que pueden aportar beneficios fisiológicos a nuestro organismo como, por ejemplo, potenciar el sistema inmune etc… Sin embargo, respecto a los beneficios de las bacterias probióticas,  si bien es cierto que hay estudios favorables respecto a sus supuestos beneficios en nuestro organismo, no hay que olvidarse  del análisis de las propiedades de estas bacterias, que publicó en el año 2011 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En él se descartaba que se hubiera demostrado algún beneficio fisiológico extra  por tomar estos yogures. Un estudio publicado en Science y desarrollado por investigadores de la Universidad de Western Ontario de Canadá también llega a esta conclusión, si bien es cierto que en este estudio se ha visto que de alguna forma afectaban al metabolismo de los hidratos de carbono sin que se pudiera concluir que esto sea positivo o negativo.

   En mi opinión, esto no quiere decir que tomarlos no sea bueno o sea malo, pero sí que indica que a día de hoy (aunque algunos estudios presentar resultados favorables) no se puede concluir que su ingesta (la de leche fermentada con bacterias probióticas) produzca beneficios en nuestro organismo (aunque el futuro y en base a nuevos estudios estas conclusiones puedan cambiar) más allá de tomar un yogur normal. Lo que está claro que tomar estas leches fermentadas y enriquecidas con estas bacterias no es malo e independientemente de los beneficios que podríamos esperar de dichas bacterias tienen otras propiedades nutricionales que los convierten en productos interesantes.

  Se recomienda, en la población adulta, tomar unas 2-3 raciones de lácteos al día, tomar yogures, como postre, como tentempié, junto a fruta (en forma de batido, como “aliño” para la macedonia…) es buena forma de tomar alguna de estas raciones. Los yogures también nos permiten elaborar salsas ligeras (como aliño de ensaladas por ejemplo), incorporarlo como ingrediente a nuestras recetas caseras (bizcocho de yogurt…).

  Hay personas con intolerancia a la lactosa que no puede tomar la leche (al carecer en su intestino del enzima necesario para degradar la lactosa), sin embargo, los yogures son mejor tolerados ya que una parte importante de esta lactosa, ha sido transformada gracias a las bacterias lácticas en ácido láctico.

  Podemos disfrutar de multitud de sabores (natural, de frutas, vainilla…), incluso de yogures con trozos de frutas, cereales etc… Sin embargo, no hay que olvidar que cuantos más elementos se incorporen (azúcares, frutos secos, cereales, galleta, frutas…) más se está incrementado su valor calórico.





Doctor Ramón de Cangas Morán
Nutricionista.
Vicepresidente de la Fundación cordobesa Alimenta Tu Salud.

Clínicas Nutrición y Salud-Ramón De Cangas
C / Uría 38, 4° A, Oviedo - Asturias
Tfno: 985 223 484

C / González Abarca 6 2° B, Avilés - Asturias




jueves, 15 de diciembre de 2011



La alimentación durante el embarazo



  La alimentación de la madre durante el periodo de embarazo es vital para el correcto desarrollo del bebé.  La gestación es un proceso fisiológico en el cual las necesidades energéticas y de ciertos nutrientes se encuentran incrementadas.
  El embarazo supone un gasto extra de energía, algunos autores calculan en 80.000 Kilocalorías el coste energético de la gestación. La mujer debe comer lo suficiente para cubrir sus propias necesidades y para hacer frente a este gasto extra. Aunque las recomendaciones varías según los organismos y sociedades científicas, generalmente se suele recomendar que la mujer embarazada consuma diariamente unas 150 kilocalorías de más durante el primer trimestre y unas 350 kilocalorías de más durante el segundo y tercer trimestre (hablamos de una mujer promedio con un peso adecuado y con feto único. Si la mujer es obesa, el embarazo es múltiple etc… las recomendaciones cambian).
  El estado gestacional también supone un incremento en las necesidades proteicas (entre un 10 y un 15%). Debe hacer un equilibrio (al 50%) entre la proteína de origen animal (pescados, carnes, huevos y lácteos) y vegetal (legumbres, cereales y frutos secos).
  Durante el embarazo se debe consumir aproximadamente 30-35% de la energía diaria en forma de grasas. La grasa saturada (procedente de lácteos enteros, carnes grasas…) debe estar limitada al máximo, pero deben haber un adecuado aporte de grasas monoinsaturadas (lo más recomendable es utilizar aceite de oliva virgen extra para cocinar) y de grasas poliinsaturadas (omega 3 como nueces, pistachos, pescados azules… y omega 6 como cacahuetes, pipas, aceite de girasol….). Los ácidos grasos omega 3 son especialmente importantes ya que en la madre tienen un efecto cardioprotector y en el feto son vitales para el correcto desarrollo del sistema nervioso.
  En cuanto a los hidratos de carbono, no se debe olvidar que los azúcares son “la gasolina” preferida por nuestras células, por ello su consumo es vital. Un 50-55% (incluso llegando al 60% en los últimos meses) de la energía diaria debe ser aportada a través de los hidratos de carbono durante el embarazo. Se debe evitar el consumo abusivo (desde luego que no están prohibidos) de los azúcares simples de alto índice glucémico (azúcar, mermeladas…) y tratar de primar el consumo de hidratos de carbono de bajo índice glucémico (pan integral, cereales de desayuno integrales, fruta, legumbres, pasta y arroz integral…), que de paso nos aportarán unos gramos de fibra extra.
  En el caso de los minerales, se debe prestar especial atención al calcio (1200 miligramos diarios), por ello se recomienda ingerir diariamente unas 4 raciones de lácteos. También se debe cuidar la ingesta de fósforo, hierro, yodo, zinc y magnesio. En principio con una dieta equilibrada y variada, se cubren las necesidades de estos minerales.
  La mujer embarazada también debe prestar atención a su ingesta de vitamina A (aunque las necesidades no están incrementadas) tanto en forma de retinol presente en pescados azules, mariscos, lácteos... y en forma de betacarotenos (un 60% de la vitamina A debe provenir de esta forma) como albaricoques, zanahorias, tomates… Así mismo, las vitaminas del grupo B (especialmente la B9 o ácido fólico y B12), por su función en el metabolismo celular, no se deben descuidar, sin embargo una dieta variada asegura un aporte suficiente. Buenas fuentes de ácido fólico son la lechuga, las espinacas, el brécol, el tomate, el kiwi, el melón, la manzana, las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos… Fuentes de vitamina B12 son las carnes, pescados, huevos y lácteos.
  En el embarazo se encuentran incrementadas las necesidades de vitamina C, por ello, durante este periodo resulta interesante consumir diariamente un par de piezas de frutas cítricas (y unas 4 piezas de fruta en total como mínimo) y 2 o 3 raciones de verduras-hortalizas (y alguna en forma de tomate, zanahoria, coles, pimientos…).
  Un consumo adecuado de vitamina E resulta indispensable, pero utilizando aceite de oliva virgen extra y no olvidando tomar frutos secos oleaginosos, pescados azules, huevos etc…. se garantiza un aporte suficiente.
  Tampoco se debe descuidar la vitamina D. El consumo de pescado azul, la yema de huevo, el aceite de oliva virgen extra, carnes… aparte de la exposición al sol (siempre siguiendo los consejos de su médico dermatólogo) son las formas de conseguir un aporte adecuado de vitamina D.
  El consumo abundante de verduras-hortalizas, frutas, cereales integrales y legumbres, asegura un aporte adecuado de fibra dietética.
  No se debe descuidar la hidratación, el líquido por excelencia debe ser el agua y su consumo abundante, aunque el consumo de zumos integrales etc… puede ser una excelente forma de hidratarse a la vez que de incrementar el consumo de frutas.
  Durante el embarazo, algunas mujeres reciben suplementos nutricionales de hierro, yodo, calcio o vitaminas como el ácido fólico. Siempre debe ser su ginecólogo el que se lo paute.
  Durante el embarazo está totalmente prohibido el consumo de bebidas alcohólicas, así mismo, aunque no está categóricamente prohibido, se recomienda moderar el consumo de bebidas estimulantes ricas en cafeína como puede ser el café o el té.
  En cualquier caso, si usted quiere quedarse embarazada, lo está, lo cree estarlo, debe consultar con su ginecólogo cuales son las pautas dietéticas más adecuadas para usted.


Doctor Ramón de Cangas Morán
Nutricionista.
Vicepresidente de la Fundación cordobesa Alimenta Tu Salud.

Clínicas Nutrición y Salud-Ramón De Cangas
C / Uría 38, 4° A, Oviedo - Asturias
Tfno: 985 223 484
C / González Abarca 6 2° B, Avilés - Asturias

lunes, 5 de diciembre de 2011


  

       Bienvenidos al Blog de Côrpore, centro de entrenamiento personalizado. Desde este lugar intentaremos proporcionaros consejos sobre salud y nutrición, contando para ello con la ayuda de especialistas en estas cuestiones, como el Dr. Ramón de Cangas, nutricionista y dietista, quien nos ayudará a ampliar nuestros conocimientos sobre este importante tema.




LOS BOLLOS Y LOS DULCES



Una alimentación óptima es aquella en la que se consumen alimentos de todos los grupos y que además incorpora alternativamente diferentes alimentos de cada grupo; Es decir, si se consume fruta, no se debe consumir siempre la misma fruta (naranjas por ejemplo), sino que lo recomendable es ir variando (a veces uvas, a veces plátanos, a veces granadas…). Variando al máximo nuestra alimentación, conseguiremos aprovecharnos de los beneficios nutricionales de los diferentes alimentos.


Llevar una alimentación variada, equilibrada y suficiente no es algo difícil de conseguir porque aunque muchas veces creemos que alimentarse de forma saludables es consumir siempre alimentos del estilo de la lechuga, merluza a la plancha y una manzana, no hay nada más lejos de la realidad. En la práctica se puede, y de hecho se debe, comer de todo (eso sí, en su justa medida). Cuando se habla de comer de todo, se incluyen también los dulces, bollos, galletas, chucherías etc… De hecho, este tipo de alimentos, a veces tan denostados, están presentes en la pirámide alimentaria, aunque aparecen en la cúspide. Su presencia en la “punta” de la pirámide nos indica que su consumo debe ser muy moderado y ocasional, no frecuente, porque de esta forma disfrutaremos del placer que supone su ingesta pero sin los efectos negativos que pudieran provocar sobre el peso corporal y la salud de nuestro organismo.


Ahora bien, no todos los dulces, galletas, bollos… son iguales. Realmente no es raro encontrarse bollería industrial y pasteles de pastelería que están cargados de grasas saturadas y azúcares simples, algo nada recomendable para la salud. Muchas veces ( sobre todo cuando compramos pasteles en confiterías etc..) es difícil conocer los ingredientes y Kilocalorías que estamos ingiriendo ( ya que no hay etiquetado nutricional), pero incluso aun así, podemos consumirlos de forma ocasional. 


Sin embargo, un bizcocho casero, unas galletas, unas tortitas de maíz o unos bollitos permiten alegrarnos el desayuno, la merienda o los postres, y si están elaborados con los ingredientes adecuados pueden ser beneficiosos para nuestra salud y no suponer un problema de cara a mantener un peso estable y adecuado.


En este sentido el utilizar aceite de oliva (pero sin pasarse) en vez de mantequilla, sustituir el azúcar por edulcorantes sin calorías, emplear las castañas como fruto seco ( en vez de frutos secos saludables pero ricos en grasa como las nueces etc…), utilizar harina integral en vez de blanca (como una forma de conseguir un extra de fibra), emplear la fruta como un ingrediente abundante, emplear leche desnatada en vez de leche entera y la leche condensada entera por condensada desnatada, quitarle algunas de las claras a los huevos y utilizar más clara a cambio etc… nos va a permitir obtener unos platos que no tienen nada que envidiar en cuanto al placer de su ingesta respecto a su versión más rica en energía, pero con todas las ventajas que el aporte extra de fibra, su menor cantidad de grasa saturada y energía y mayor contenido de grasas saludables etc… supone para nuestro organismo.


Es más, podemos elaborar recetas a medida de nuestras necesidades fisiológicas. Por ejemplo, si tenemos el colesterol elevado, un bollito elaborado con aceite de oliva virgen extra (aporta grasa monoinsaturada), harina integral (aporta fibra), nueces (aporta grasas poliinsaturadas) y edulcorante acalórico (nos permite ahorrarnos las Kilocalorías “vacías” del azúcar, es buen complemento ( dentro de una dieta equilibrada y saludable) para ayudarnos a reducir nuestros niveles de colesterol.


En definitiva nada está prohibido, y aunque se recomiende seguir una dieta bajas en grasas saturadas y azúcares simples y rica en fibra, frutas, verduras, hortalizas, alimentos integrales etc… un día es un día, y a no ser que tengamos alguna enfermedad o problema de salud que lo desaconseje, por tomarnos de vez en cuando un buen pastel o una generosa porción de una sabrosa tarta no pasa nada.



  

Clínicas Nutrición y Salud-Ramón De Cangas

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