lunes, 23 de enero de 2012

Devorando años y kilómetros 

Nunca es tarde para hacer deporte 
El extraordinario caso de Julián Bernal 

 
JULIÁN BERNAL MEDINA. 

Nació en Burgos el 16 de febrero de 1919 
Murió en Ferrol el 16 de marzo de 2010 

Primera carrera: Milla de Caranza 18/05/1997 
Última carrera: A Coruña 7/03/2010 

799 carreras y 4.726 kilómetros. 

María Aneiros (El Correo Galego, 29-04-2010)


  Hoy puede ser un buen día para empezar a correr, pensó Julián Bernal en mayo de 1997, buscando reorientar su vida tras el fallecimiento de su mujer, sin más compañía que la de su hijo Jesús, cuando ya tenía 78 años y ¡cómo no! los típicos achaques de la edad.

  Casi sin quererlo y de forma progresiva, descubrió en el atletismo el elixir de la juventud, reactivó sus endorfinas y vivió los últimos años de su vida con la felicidad de un niño. Hasta tal punto se benefició de los efectos saludables del deporte que se convirtió en el atleta más veterano del país, disputando su última carrera con 91 años, sólo diez días antes de morir. 
  El adiós de Julián Bernal conmocionó el mundo del atletismo. Es incuestionable que su legado despierta tanta admiración como sorpresa, al tiempo que invalida cualquier argumento a los escépticos que asocian la vejez con la postración, la ausencia de alicientes y la desmotivación. 
  "A las carreras iba a divertirse y tenía una ilusión tremenda", explica Jesús, su hijo, que admite emocionado su "satisfacción porque siempre lo he complacido en todo". "Vivía para correr y competir porque en una carrera no excluía la posibilidad de conseguir un triunfo y nunca evitó el sprint final. Era curioso, cuando iba a esprintar avisaba a su rival", recuerda. 
  Con su afán por coleccionar carreras -hasta cinco en una semana-, abarrotó su casa de trofeos, circunstancia que hizo brotar algunas críticas. Al respecto Jesús es rotundo: "Sólo puedo decir que a raíz de empezar a correr mi padre mejoró mucho su salud y que las carreras se convirtieron en el motor de su vida". 
  Así, en doce años y diez meses Julián Bernal disputó 799 carreras en las que recorrió 4.726 kilómetros. Participó en los mundiales de San Sebastián, Italia y Finlandia, arransando en el último ya como nonagenario al ganar dos oros y un bronce. Además, batió hasta cuatro récords del mundo, los tres últimos en 2009, sin duda, su mejor año. Y todo por su férrea voluntad y una ilusión sin fecha de caducidad. "No era necesario animarlo. Corría como un reloj, era competitivo, muy constante y sacrificado", comenta. 

 Dialogar mucho. En cuanto a los entrenamientos, "el secretillo estaba en dialogar mucho con él para poder adaptar las sesiones a sus necesidades y darle el tiempo adecuado para recuperarse entre una carrera y otra". 
  Y entre sus momentos más emotivos, Jesús destaca "la Milla Internacional de Burgos porque fue todo el pueblo a verle y se cansó de firmar autógrafos. Los tres mundiales fueron especiales, sobre todo el de Finlandia y, por supuesto, la carrera pedestre de Santiago que no se perdía por nada. El año pasado yo ya veía su dificultad en carreras superiores a los diez kilómetros y menos mal que pudo correr la escolar aunque sin dorsal. Ahí disfrutó todo lo que quiso". 
  Julián ha roto con los estereotipos, con la imagen, en el mejor de los casos, del abuelito sentado en el sofá frente al televisor esperando con resignación llegar al final del camino. 


EL RELEVO: "Seguiré su senda"

  Jesús está dispuesto a seguir los pasos de su progenitor: "Seguiré su senda. Mi padre encontró refugio en el deporte y siento que para mí también va a ser una tabla de salvación, que me va a ayudar a a llenar su vacío porque era mi compañero, todo lo hacíamos juntos. Por supuesto, pongo por delante que será muy difícil porque era muy superior a mí", relata.



LA OPINIÓN DE SU MÉDICO "Un caso atípico" 

  "Julián tenía una gran capacidad e ilusión. Él mismo se marcaba su nivel de exigencia. De hecho, prácticamente nunca tuvo un problema muscular. El suyo es un caso atípico y que su salud mejoró en todos aspectos es una verdad como un templo", sentencia Ricardo-Díaz Casteleiro, su médico de cabecera y especialista en medicina deportiva. En estos casos apela a la prudencia: "No puedo recomendar a un anciano que empiece a correr o a jugar al tenis si no lo ha hecho antes, pero sí animarle que haga deporte con vigilancia, que se mantenga activo, sobre todo que camine y haga senderismo", apunta. "Ahora no tengo ningún paciente tan mayor como él haciendo deporte, pero sí gente mayor que juega al golf, que hace natación y da grandes caminatas". 




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